¿Cuales son las partes del cepillo de dientes?

Anatomía del cepillo de dientes

El cepillo de dientes es un instrumento fundamental para la higiene bucal, con el que limpiamos nuestros dientes, encías y lengua. Aunque podemos encontrarlos de diferentes formas, texturas o incluso cepillos eléctricos, todos cumplen con la misma anatomía: mango, cabezal y filamentos.

Mango

Es la parte más larga del cepillo de dientes y sirve para sujetarlo con la máxima comodidad en el momento del cepillado. Es muy habitual que tenga una curvatura o angulación en la parte más cercana al cabezal (el cuello), con la intención de que el agarre sea más sencillo para  poder realizar una correcto movimiento durante el cepillado.

Cabezal

El cabezal del cepillo de dientes es la parte activa del instrumento, con la que realizamos la limpieza. Tiene una medida en torno a los 2-2,5 cm y debe estar sujeto firmemente al mango del cepillo. En ella, se encuentran insertadas los filamentos con las que realizamos la limpieza. Un cabezal redondeado y de pequeño tamaño nos facilita el cepillado y el acceso a las zonas más alejadas de la boca.

Filamentos

Es la parte del cepillo más importante ya que está directamente en contacto con nuestros dientes y encías. Tienen la función de extraer las bacterias y eliminar los restos de alimentos que se nos quedan en la boca después de cada comida. El mejor material con el que se fabrican los filamentos es Tynex, un nylon de alta calidad, con acabado redondeado para un cepillado suave y agradable. Así proporcionan mayor eficacia en la eliminación de placa bacteriana respetando dientes y encías. Unos filamentos inapropiados podrían dañar nuestra cavidad bucal. Por ello, existen varios tipos de dureza (duras, medias y suaves) para que elijamos en función a nuestro tipo de boca.

La elección de estos filamentos irá en función de cada uno de nosotros y de nuestras preferencias. En caso de tener problemas como gingivitis o sensibilidad dental debemos elegir cepillos específicos para cada problema.

Como ves, no es válido cualquier cepillo. Debemos tener en cuenta la salud de nuestra boca, su sensibilidad, qué tipo de mango nos resulta más cómodo… Si no encuentras el cepillo perfecto para ti porque sientes que todos te hacen daño o que no consigues una limpieza completa, acude a tu dentista o higienista dental para que te aconseje la opción ideal para tu boca.