Aprendiendo a cepillarse los dientes
Una de las mejores cosas que puedes hacer por la sonrisa de tu hijo es enseñarle unos buenos hábitos de salud bucal desde pequeño, empezando por cepillarse bien los dientes después de cada comida y especialmente antes de acostarse.
En torno a los tres años tu hijo ya estará preparado para empezar a lavarse los dientes él solito, aunque siempre debe contar con la supervisión de un adulto (aproximadamente hasta los siete/ocho años de edad). Es muy importante ser paciente,explicándole el proceso paso a paso tantas veces como sea necesario hasta que lo haga bien.
Debes acostumbrarle desde el principio a usar una técnica sencilla para que así le sea cómoda y no evite el cepillado. Se recomienda realizar una técnica circular, realizando movimientos circulares amplios primero en la parte de fuera de los dientes, la que se ve al sonreír, luego por dentro y finalmente en las muelas realizar movimientos de delante hacia atrás. Y recuerda: ¡no hay que olvidarse de las encías y la lengua!
La regularidad es esencial a la hora de formar un hábito. Procura acostumbrarle a cepillarse los dientes después de cada comida, y siempre antes de acostarse. También debes recalcarle muy bien que después de lavarse los dientes ya no se puede comer nada más.
A los niños les suele gustar imitar a los mayores, así que puedes motivarle con la idea de que ya es un niño grande y va a empezar a usar cepillo de dientes como sus papás. Puedes decirle que pruebe a imitar todo lo que haces: ponerte delante del espejo, abrir la boca bien grande, introducir el cepillo y ¡a cepillarse! Si tiene algún hermano mayor, puedes invitarle a que te ayude a enseñar al más pequeño. De esta manera, él también se esforzará por hacerlo bien.
Si conviertes la hora del cepillado en un juego conseguirás que tu hijo se lave los dientes de buena gana durante el tiempo que sea necesario, en lugar de verlo como una obligación a evitar. Para animarle puedes recurrir a algún video de dibujos animados, como el que ilustra esta entrada 🙂