Dentífricos infantiles
Una de las cosas que más me agobiaban cuando la bruja mayor empezó a lavarse los dientes era el tema de la pasta, concretamente que no se la tragara, y sobre todo que no le hiciera daño si lo hacía.
Al principio empezamos a lavarle las encías con una gasita, pero en el momento en que le salieron los primeros dientes, y teniendo en cuenta que ella ya comía lo mismo que nosotros, no me parecía suficiente y nos hicimos con el primer cepillo de dientes. Los primeros meses como ella lo que hacía era intentar imitarme y casi lo único que hacía con él era mordisquearlo. No utilizaba dentífrico sino que se lo daba sólo con agua.
Enseguida empecé a pensar que no era suficiente, a veces según lo que hubiera comido a mí me daba la sensación de que le olía mal la boca, también es cierto que fueron mis primeros meses de embarazo de la bruja pequeña y cualquier olor me molestaba, así que le compré su primera pasta de dientes.
He de reconocer que a mí los dentífricos infantiles no me gustan, ese sabor a fresa o a chicle me resulta muy empalagoso y si no me queda al final del cepillado ese frescor que da la menta o la hierbabuena es como si no me los hubiera lavado, pero claro… Para ellas es justo al revés, son esos sabores los que no les echan para atrás y además son los dentífricos con las características apropiadas para los peques.
Las pastas para adultos tienen demasiado flúor para los niños, es un elemento muy importante para evitar las caries, pero no es conveniente tragarlo, y todos sabemos que para los niños escupirlo es complicado, de hecho mi hija mayor es ahora con sus cuatro años y medio cuando empieza a escupir la pasta de dientes, pero lo escupe sin más, eso de coger agua, enjuagarse y echarlo para ella es imposible y la pequeña directamente lo traga. Así que es bueno utilizar las pastas infantiles ya que el contenido en este elemento es más bajo precisamente porque gran parte lo van a tragar.
Aunque es cierto que ahora ya no me preocupa mucho si lo tragan o no lo tragan, al principio no me hacía ninguna gracia y decidí como en otras ocasiones preguntar al pediatra (no le visito más de cuatro veces al año pero cada vez que voy llevo un listado de preguntas) y como es un encanto de hombre y un gran profesional, me tranquilizó explicándome la cantidad que tenía que ponerles en cada cepillado de una pasta recomendada para su edad, y desde entonces a la bruja pequeña simplemente le mancho el cepillo y a la mayor le pongo más o menos el tamaño de un guisante.
Hemos probado varias marcas y al final ellas se quedan con cualquiera que sepa a “fresa”, no sé si porque realmente les gusta más el sabor o porque simplemente es rosa… Y a vuestros niños ¿cuál les gusta?