Deporte y salud bucal
El deporte es el complemento imprescindible de una dieta equilibrada y una vida sana, y es especialmente importante en los niños. Aunque en el colegio tengan un par de horas a la semana de educación física, puede que no sea suficiente, y una actividad extraescolar deportiva podría ser una buena idea para completar una vida saludable para nuestro hijo. El deporte no solo mantiene sus cuerpos en forma, además les ayuda en las relaciones personales e influye en su formación y comportamiento al transmitir valores como el compañerismo, la superación y el esfuerzo. Siempre habrá un deporte que se adapte a los gustos y características de nuestro niño y que pueda practicar divirtiéndose, como si fuera simplemente un juego.
La parte menos amable del deporte, aunque éste no sea de contacto, son las lesiones, por lo que debemos equipar a nuestro peque con las protecciones adecuadas. Normalmente estamos muy atentos a que lleven el casco para montar en bici, las espinilleras para jugar al fútbol o las muñequeras si patinan, pero solemos olvidarnos de proteger sus dientes. En general, no somos demasiado conscientes, pero muchas lesiones deportivas afectan a la boca: un encontronazo en un partido contra un compañero o una pelota desviada pueden causar serios daños en la mandíbula o los dientes de nuestros hijos.
Hace unos días en la sala de espera del dentista de mis hijos coincidimos con un niño que, en un partido de fútbol, había recibido una patada de un compañero que le había partido dos dientes y el labio. Tan fuerte fue el choque que requirió cirugía maxilofacial.
Aunque este caso debe ser excepcional, a mi me hizo pensar en lo poco que nos preocupamos por proteger la boca de los niños y en lo fácil que resultaría hacerlo. La calidad del juego y la diversión que aporta no varía nada si el niño lleva un protector bucal. Hay varias opciones, pero lo más recomendable para elegirlas es consultar con el especialista. El odontólogo puede hacer una placa de yeso de la boca del pequeño deportista y fabricar un protector a su medida. Son los más seguros y los que mejor protegen los dientes y la mandíbula.
Pero también hay otras opciones en las tiendas de deporte que, sin ser tan eficaces, lo son mucho más que no utilizar nada. Podemos encontrar férulas de un material que permite adaptarlo a la boca tras hervirlo para que ajuste perfectamente. También hay protectores estándar, aunque podrían resultar incómodos para el pequeño. El especialista puede aconsejarte sobre este tema y las precauciones a tomar antes de practicar deporte.
Hay otro aspecto que relaciona el deporte y la salud bucal: una mala higiene dental puede provocar daños en los dientes de nuestros hijos y, con ello molestias que podrían afectarles en su día a día y, por supuesto también en el rendimiento al practicar deporte. Lo mejor es instaurar una rutina en casa y acostumbrarles a que, del mismo modo que todo deporte tiene sus reglas, la higiene bucal también, y debemos cumplirlas.