El cepillado de dientes correcto, paso a paso
Cepillarnos los dientes es una de las acciones más rutinarias de nuestra jornada. Por lo general, la realizamos tres veces al día. Pero no basta con pasar el cepillo rápidamente por cada pieza dental. Muchas veces pensamos que con eso es suficiente y lo hacemos con prisas porque tenemos que salir de casa o porque nos da pereza dedicar varios minutos. Esto puede dar lugar a que, aunque seamos constantes en la higiene de nuestra boca, no sea satisfactoria, se acumule la placa bacteriana y pueda provocar la aparición de halitosis, caries, gingivitis. Párate a pensar en cómo te cepillas los dientes. ¿Le sacas todo el partido? Aquí te explicaremos las claves para tener una boca sana y limpia.
La técnica de Bass es una de las más eficientes para conseguir un cepillado perfecto. Además, es pionera y fue el primer procedimiento empleado para eliminar, de manera eficaz, la placa bacteriana del surco gingival. Es decir, en el espacio presente entre la encía y las piezas dentales. Consiste en la realización de pequeños movimientos de barrido en sentido horizontal entre la línea de la encía y cada una de las piezas dentales. Su uso está especialmente recomendado en aquellas personas que sufren la incidencia de enfermedades periodontales. Así sería la técnica de Bass paso a paso:
- Coloca los filamentos del cepillo orientados hacia la línea de las encías formando un ángulo de 45 grados.
- Realiza un movimiento de vibración sobre los dientes (de un lado hacia el otro) y, acto seguido, un suave barrido desde la encía hacia arriba.
- Cepilla las caras internas siguiendo el mismo procedimiento.
- Sobre las caras masticatorias, el barrido debe ser horizontal.
- Recuerda que el cepillado debe durar, al menos, dos minutos. Dedicando, como mínimo, 30 segundo a cada cuadrante.
Es importante que, a la hora de iniciar esta técnica de cepillado, no efectuemos una presión excesiva con el cepillo dental. De esta manera, evitaremos la irritación y sangrado de nuestras encías y, a la vez, el daño del esmalte dental.
Esta técnica de higiene bucal es válida para cepillo manual y para cepillo eléctrico. Recuerda que es fundamental mantener el cepillo en buen estado y cambiarlo cada dos o tres meses -en el caso de los eléctricos, únicamente el cabezal-, porque los filamentos comienzan a desgastarse y dejan de ser tan efectivos.
Además del cepillo, recuerda utilizar colutorio, hilo dental o cepillos interdentales para conseguir una limpieza al 100%. Estos elementos se utilizan una vez al día y ayudan a retirar la suciedad de aquellos pequeños espacios a los que los filamentos del cepillo no pueden acceder.
La visita rutinaria -una vez al año como mínimo- al dentista es el broche de la limpieza bucal. Allí te realizarán una limpieza profunda, te explicarán las necesidades particulares de tu boca y te darán consejos adaptados a tus necesidades. ¡No olvides pedir cita!