¿Es necesario que mi hijo lleve protector bucal para hacer deporte?
Hace unos meses una amiga mía me contó que su hijo estaba practicando deporte cuando tropezó y cayó con tan mala suerte que se hizo mucho daño en la boca e incluso llegó a perder un diente. Aquello me hizo plantearme una cuestión interesante: ¿es necesario que los niños lleven protector bucal para practicar deporte?
Existen básicamente tres tipos de protectores bucales, tanto para niños como adultos.
- Protectores estándar: Son piezas de plástico que pueden comprarse en tiendas de deporte con distintos tamaños. No se adaptan a la mordida de cada uno y tenemos que elegir el que tenga las dimensiones más parecidas a nuestra boca.
- Protectores hervir y morder: Se llaman así porque adquieren su forma después de que han sido hervidos. Se meten en agua caliente y cuando están blanditos se meten en la boca y se adaptan a la medida concreta de nuestra mordida. También son fáciles de encontrar y el problema que tienen es que no terminan de proteger completamente los dientes traseras ya que son un poco finitos.
- Protectores hechos por el dentista: Se hacen a la medida y se moldean exactamente siguiendo nuestra boca. Son los que protegen de manera más eficaz.
Aquí en España no es realmente muy común su uso, salvo para deportes como el rugby o el boxeo, que son muy minoritarios y más si hablamos de niños. En este tipo de deportes ni nos planteamos que se deban usar: se usan y punto. Pero, imaginad, tenemos a nuestro hijo o hija apuntados a fútbol, baloncesto, patinaje ¿debería llevar un protector?
Yo creo que esto es cuestión de sentido común. Si vuestro peque patina una vez de higos a brevas tal vez no sea necesario ir al dentista a que nos haga un protector a medida. O si nuestra niña hace ballet. ¿Se puede caer? Sí, pero también puede caérsele una maceta en la cabeza andando por la calle y no por ello vamos con casco. El protector debería ser adecuado al tipo de deporte que hagamos y a la frecuencia.
Si, siguiendo el ejemplo, patina una vez al año, lo mismo no nos hace falta. Pero aunque no es lo habitual en nuestro país, si jugara a un deporte con contacto físico como baloncesto o con posibilidades reales de caída frecuente por las características del deporte en sí o porque (seamos sinceros) nuestro niño o niña es un poco patoso, sí que lo utilizaría. Tanto más sofisticado como mayor sea la frecuencia.
También una circunstancia en la que sí que utilizaría protector sería si el peque lleva aparato dental. No es lo mismo caerse y hacerse daño con aparato dental que sin él, y en este caso sí que acudiría al dentista para hacer un protector específico.