¿Es bueno el flúor para los dientes de los niños?
¿Quieres evitar que tus hijos tengan caries? Seguro que sí.
¿Conoces el que puede ser nuestro principal aliado para conseguirlo? ¡El flúor!
Se trata de un mineral que está presente en la naturaleza en forma de fluoruro y sus beneficios se conocen desde los años 30 del siglo pasado, desde cuando se consiguió disminuir la incidencia de caries de forma significativa.
Actualmente el flúor lo encontramos en alimentos como el pescado azul, las espinacas, las uvas o el arroz, en dentífricos, geles, enjuagues bucales y agua del grifo o mineral, tanto de forma natural como añadida.
¿Para qué sirve el flúor?
El flúor ayuda a la formación y fortalecimiento del esmalte de los dientes del bebé incluso antes de erupcionar y hasta que están totalmente formados. Tras las comidas ayuda a controlar el ácido y a restablecer el pH natural a la boca para evitar el daño en la superficie dental. Este nutriente se comporta como un escudo que refuerza el esmalte dental y no permite que aparezcan caries. ¡Gracias a él mantenemos la salud de nuestra boca!
Es muy importante que los niños utilicen dentífricos y enjuagues bucales que contengan flúor, en una concentración adaptada a su edad, de esta manera sus dientes estarán protegidos contra las caries. Los más pequeñitos deben usar una cantidad más reducida de flúor, y por descontado, no podemos descuidar su higiene bucal. El cepillado eliminará restos de comida que puedan haber quedado entre los dientes y, sobre todo, adquirirán una rutina que deberán mantener el resto de sus vidas.
El flúor sirve para endurecer y remineralizar el esmalte de los dientes que ya han salido. Por ello, una buena edad para empezar a usar dentífricos con flúor es a partir de los 2 años, ¡siempre bajo la supervisión de un adulto para evitar que lo traguen!
Es bueno, en su justa medida
Debes saber que el exceso de flúor es tóxico. En grandes cantidades, puede provocar fluorosis dental, que impide la normal maduración del esmalte. Esto puede suceder hasta los 8 años aproximadamente, que es cuando termina el desarrollo del esmalte en los niños. El principal síntoma es la aparición de manchas blancas en la superficie de los dientes. Los niños más pequeños, desconocen cómo evitar tragarse la pasta de dientes, por lo que es importante utilizar un dentífrico especial para ellos, con muy bajo contenido en flúor, y no ponerles más del tamaño de un guisante en el cepillo.
A partir de los 6 – 7 años (aproximadamente), es conveniente supervisar el cepillado, no solo para que se limpien bien, sino también para impedir que traguen pasta de dientes. Controlando la cantidad que utilizan y ofreciéndoles pasta adecuada a su edad, limitaremos el riesgo.
También puede darse el caso de que el dentista realice una aplicación tópica de flúor sobre los dientes, principalmente en forma de geles y barnices. Es un método muy efectivo para la prevención de la caries en niños. Pero solo puede aplicarse cuando el menor es lo suficientemente mayor como para entender que no puede tragarlo y ser capaz de evitarlo, es decir, alrededor de los 6 años. Pese a su innegable beneficio, es preferible evitar esta aplicación cuando haya riesgo de que el niño pueda ingerirlo. El odontopediatra te puede orientar tanto para elegir el dentífrico adecuado para cada edad como para recomendar la aplicación profesional de flúor una vez el niño ha madurado lo suficiente.
Consejos importantes para cuidar los dientes de los niños
- Cepillarse los dientes tres veces al día con un dentífrico con flúor. ¡Es fundamental adquirir la rutina y no saltarse ningún cepillado!
- A partir de los 4 años, se podrá incluir en la rutina de salud bucal, el uso de interdentales (siempre con la ayuda de un mayor). Y a partir de los 6 años, se deberá de utilizar enjuagues con flúor.
- Es muy importante que los niños acudan al dentista un mínimo de dos veces al año. Allí recibirán una atención más especializada y acorde a sus necesidades.
- Comer dulces, chucherías y caramelos puede hacer daño a los dientes de los niños, por lo que es muy importante que los consuman con moderación.
Cuidar los dientes de los niños desde una edad temprana les garantizará una boca saludable a lo largo de toda su vida. Además, si logramos que conviertan el cuidado bucal en una rutina, que adquieran el hábito de lavarse los dientes y que no lo abandonen con el paso de los años, les evitaremos los problemas que pueden surgir de descuidar la salud de su boca, ¡y aseguraremos que luzcan una sonrisa bonita y sana!