Golpes en los dientes
Vivir entre algodones no es ni lógico ni sano. Los niños han de disfrutar corriendo, saltando, jugando al balón… y, claro está, pagar los gajes del oficio con las consecuentes caídas. Muchas serán estas caídas, muchos serán los golpes, los “sana, sana culito de rana” en las tan sufridas rodillas, las cuales se llevan la mayor parte de los golpes. Pero no son las únicas sufridoras: los dientes también pueden padecer los más que habituales accidentes de los pequeños. Y sí, probablemente un golpe en la boca nos asuste mucho más que el típico raspón de la rodilla. Sin embargo, a pesar de la posible aparatosidad y la escandalosa salida de sangre, hemos de mantener la calma para poder actuar de la manera correcta.
¿Cuáles son las consecuencias más habituales y cómo actuar?
- Sangrado: limpiar la sangre y acudir al odontopediatra. El golpe puede producir una necrosis que no solo afecte al diente de leche, sino al posterior diente definitivo.
- Fractura parcial del diente: en los siguientes días hemos de visitar al odontopediatra. Si hemos encontrado y guardado el pedacito de diente se lo pueden pegar.
- Aflojamiento del diente: darle al peque una gasita humedecida para que la muerda y mantenga el diente en su sitio hasta llegar al odontopediatra, que se lo colocará en su lugar si es posible o determinará el tratamiento a realizar.
- Caída total del diente (avulsión): buscar el diente inmediatamente. Si está limpio, cogerlo sin tocar la raíz y colocárselo inmediatamente (ha de quedar a la misma altura que el resto de los dientes). Dar al niño una gasa humedecida para mantener el diente en su sitio y, claro está, acudir al odontólogo de urgencias. Hemos de tener en cuenta que si al encontrar el diente está sucio, hemos de lavarlo pero sin frotar porque dañaría las células del diente. Y claro, si no somos capaces de colocárselo, hemos de guardar el diente en un vasito cubierto por suero fisiológico, leche o saliva y acudir de inmediato a al odontólogo de urgencias.
Cuidados posteriores
En los días posteriores, de 10 a 15 días, el peque ha de seguir una dieta blanda, ya que no podrá morder con la misma intensidad. También ha de tener especial cuidado en la limpieza de los dientes accidentados, usando un cepillo dental suave y enjuagando con un enjuague bucal especial. En los menores de 6 años es preferible aplicar el enjuague bucal en una gasa para evitar que se lo traguen. Ah, ¡nada de deportes de contacto en los días siguientes! Y los papis hemos de tener en cuenta que los dientes golpeados deben ser controlados con frecuencia, porque pueden producir desplazamientos poco evidentes pero con posteriores consecuencias.