Juegos que fomentan buenos hábitos
La mejor forma para aprender tanto de niños como de mayores es divirtiéndonos. Es especialmente importante en la infancia, cuando aún no son conscientes de la trascendencia que puede tener lo que aprendan para su futuro y, necesitan un estímulo adicional. Esto sirve para las asignaturas del cole pero también para aprender buenos hábitos. El cuidado de la salud es uno de los principales, y además de con el ejemplo, podemos ayudarles a aprenderlo mediante el juego.Los juegos de roles, aquellos en que los niños representan a personajes o asumen el papel de adultos profesionales, son muy interesantes para su desarrollo y formación, además de una buena fuente de información sobre como ve nuestro hijo la vida. Suelen ser juegos que surgen por iniciativa de los pequeños que quieren emular a sus mayores y lo que ven en su entorno aunque también podemos proponerlos o iniciarlos nosotros.
El juego de médico y paciente, uno de los favoritos de los niños, nos puede servir para animarles a cuidar mejor su higiene bucal. Pueden tomar el papel del dentista que tiene que arreglar una boca descuidada y que tiene que contar a su paciente como cuidar correctamente sus dientes. Así podemos saber como lo tienen de claro o si hay alguna duda en sus explicaciones. También es bueno para que surjan preguntas que quizá de otro modo ni siquiera se planteen.
Podemos facilitarles un espejo, un cepillo y pasta e incluso dejarles que nos limpien los dientes. También es interesante cambiar el papel y convertirnos en el especialista y que el peque sea el paciente. Tendrá que haber variedad de bocas, alguna estará perfecta para poder felicitar al niño y otras pueden requerir un empaste o un suplemento de flúor. Si el niño tiene ortodoncia o, como es el caso de mi hija, sabemos que es candidato a llevarla, el juego nos puede ayudar a hacerle entender para que sirve, como se pone y como se mantiene limpia la boca a pesar de los brackets.
Es un juego muy versátil porque podemos ponernos en distintas situaciones según las preferencias de nuestro hijo. Si es un apasionado de los animales el dentista se puede transformar en un veterinario y el paciente en un perro o un caballo. Aunque no es lo mismo si podemos derivar la conversación a lo que tenemos que hacer los humanos para hacernos mayores manteniendo una preciosa y sana sonrisa. Y lo mismo si prefiere jugar a papás e hijos, porque una de las labores de los padres es inculcarles la rutina del cepillado y la correcta higiene bucal.
En cualquier caso hay que divertirse con los niños y aprovechar su imaginación y creatividad para lograr las pequeñas metas que nos proponemos cada día. Sin forzarlo pero siendo constantes.