La primera visita
Cuando nació la bruja mayor yo estaba perdida en muchos temas, y aunque es cierto que muchas cosas se solucionan dejándote llevar por tu instinto, en otras necesitas alguna “guía”, y entre estas cosas están temas como cuándo llevar por primera vez a tu hija al dentista.
Si se lo preguntas a cualquiera de las abuelas lo más probable es que te digan que no hace falta que les lleves si no ves nada raro porque ellas no te llevaron hasta que fuiste bastante más mayor y seguro que ya había que hacer algo. Y si se lo preguntas a otras madres cada una te contará una cosa, y al final tampoco te quedará nada claro.
Así que yo, como en otras ocasiones, opté por preguntárselo al pediatra en una de las visitas que tuvimos. En todas las revisiones que tuvimos él les ha mirado la boca y siempre ha visto todo correcto e incluso nos ha dicho que lo estábamos haciendo muy bien con la higiene bucal y que no era necesario llevarlas a que las miraran en otro sitio.
Pero yo este año he tenido que hacer varias visitas al dentista entre la limpieza que tengo que hacerme todos los años y un par de muelas que han tenido que empastarme, así que en una de las visitas decidí llevarme a la mayor para que le echaran un vistazo.
Al ser con la mayor ha sido bastante sencillo porque es una niña tan tímida con la gente que no conoce que no se atreve a hacer nada por lo que puedan llamarle la atención así que se sentó conmigo y se dejó mirar sin poner oposición, aunque miraba al dentista con cara de pocos amigos. Como ya nos había dicho el pediatra, estaba todo correcto. Supongo que si hubiera que haber hecho algo como un empaste no habría sido tan sencillo…
Enseguida tendré que llevar a la pequeña y eso va a ser otra historia muy diferente, no sólo es más pequeña sino que es bastante menos conformista, y como diga que no abre la boca, no la abre ni con unas tenazas. Pero hace tiempo que le veo unas manchitas amarillas en los incisivos, el pediatra me dijo que no tenía por qué preocuparme, que los dientes de leche son más porosos y que la suciedad se queda incrustada más fácilmente, pero que visitara al odontopediatra si tenía alguna duda. Y es cierto que hay días que después del cepillado lo tiene mejor que otros, pero nunca termina de irse por más que frote con el cepillo, así que necesito que le vea alguien más para quedarme tranquila.
Voy a dejar pasar estos días de verano que son tan caóticos y en cuanto empiece el curso la llevaré al dentista a que se lo vean, ya os contaré…
Y vuestros peques, ¿han tenido ya su primera visita? ¿Cómo ha ido?