¡Los niños lo muerden todo!
Todos los padres y madres en algún momento nos hemos hecho la siguiente pregunta: ¿Por qué mi hijo/a lo muerde todo? ¿Qué placer le encuentra a morder objetos? Yo también me la estuve haciendo cuando veía a mi hijo llevarse a la boca cualquier cosa que se encontraba por ahí. Observándole, solo podía pensar en los gérmenes que le estaban atacando y en el mal sabor que debía de tener todo aquello.
Llevábamos un año intentando que dejase ese mal hábito, pero no había manera. Lo habíamos intentado todo para que parase. Tanto su padre como yo nos manteníamos siempre alerta, y a la que veíamos que cogía algo que iba directo a la boca se lo quitábamos. Pero, por fin, descubrimos que habíamos estado cometiendo un error durante todo este año.
¿Por qué los niños lo muerden todo?
Los niños/as necesitan llevarse objetos a la boca, de la misma forma que hay niños tocones que no paran quietos tocando y tirando todo lo que ven. Mordisquear y chupar objetos es una etapa de su proceso vital y psicológico. A medida que se haga mayor, él mismo aprenderá cuáles son los aptos para chupar y cuáles no. Y si nosotros, los padres y madres, nos preocupamos de mantener bien limpios los objetos de su alcance, no debería producirse ningún daño causado, por ejemplo, por gérmenes,y aquellos que no podemos controlar les ayudará a crear un sistema inmunitario más fuerte, ya que inimizaremos el riesgo de contagio con algún germen.
Al ver que llevábamos un año intentado que parase y sólo conseguíamos llantos y gritos, decidimos tomar medidas para mejorar este hábito e informarnos sobre que podíamos hacer.
¿Cómo aprender a gestionarlo?
Lo primero que aprendimos fue que a partir de ahora los objetos de su alrededor debían ser lo suficientemente grandes como para que fuese imposible que se los tragase. No quería que mi hijo sufriese un atragantamiento, lo que, por cierto, es la principal causa de accidente infantil. Me volví muy cautelosa, y me fijaba siempre en que, por ejemplo, los juguetes que comprábamos no tuvieran piezas pequeñas que se pudieran desprender.
También teníamos que estar muy atentos con los medicamentos y productos de limpieza: si nos advierten de forma insistente que los mantengamos fuera del alcance de los niños es por la sencilla razón de que todo lo que cogen, va directo a la boca.
Al principio, los niños se llevan los objetos a la boca como un acto reflejo, y cuando crecen un poco, lo hacen como forma de explorar el entorno. Ellos mismos, con este gesto, aprenden qué es bueno y qué no, qué se puede comer y qué no. Este acto se vuelve más frecuente a medida que crecen y les empiezan a salir los dientes, ya que es una forma de aliviar el dolor que sienten durante el proceso de dentición. Sí, a veces duele, y por ese motivo existen los mordedores, algo que puede ayudar al pequeño a superar esta etapa. dolor que sienten los niños en las encías por culpa de la erupción dental.
Al descubrirlo entendimos que un acto como este que es reflejo, que no se puede quitar tan fácilmente y que es un periodo que se debe pasar pero en el que podemos reducir los riesgos de este mal hábito. Tal y como hemos comentado, los gérmenes eran un tema preocupante, nos parecía que morder cualquier objeto era un método muy poco higiénico. Supongo que este era el motivo principal por el que nos preocupábamos para que dejase esa costumbre durante este último año.
En definitiva, aprendimos que hay cosas que son inevitables, pero que podemos intentar mejorar. Eso sí, esperamos que a lo largo del año que viene, este hábito haya desaparecido.