Mi hijo necesita ortodoncia
Los padres deberíamos llevar a nuestros hijos al odontopediatra (o lo que es lo mismo, al dentista infantil) por primera vez al primer año de edad para detectar si existen problemas en la boca. Si son enfermedades como la caries, él mismo puede tratarlas, pero si se trata de problemas por la forma en la que los dientes están colocados nos derivará a un ortodoncista, que es el médico especializado en estos temas.
¿Y si nos dice que nuestro hijo necesita aparato? La buena noticia es que la mandíbula de nuestros hijos está en pleno crecimiento así que casi todo tiene solución. Abordar el problema de las malas oclusiones, dientes no alineados, falta de espacio, etc. es mucho más complicado en adultos y a veces es necesaria la cirugía. Así que solucionarlo de niños es mejor idea que hacerlo de mayores.
Existen varios tipos de aparatos dentales adecuados para utilizarse en niños. Algunos son fijos, como los brackets, sean delanteros o linguales, que van en la parte de dentro de los dientes y otros son removibles. Algunos se utilizan sólo para dormir y otros se llevan todo el día, pero pueden quitarse a la hora de la comida.
Cuando un niño lleva aparato dental es necesario tener ciertos cuidados. Primero, con lo que comemos, porque algunas comidas pueden dañar el aparato y segundo, con la higiene. Si de normal es necesario que los niños se laven los dientes después de las comidas, con aparato es imprescindible. No es una opción. Poner una ortodoncia a nuestra boca supone añadir recovecos, zonas difíciles, y lugares donde proliferar las bacterias que tenemos que limpiar. No queremos que llevar ortodoncia suponga la pérdida de alguna pieza dental.
Así que si nuestro hijo tiene ortodoncia tenemos que enseñarle a limpiar su boca de la manera correcta. Si la ortodoncia es removible, la higiene es más sencilla, pero en todo caso no es algo que podamos evitar.
¡Es el precio que hay que pagar por una sonrisa perfecta! Recuerda: una sonrisa perfecta es también una sonrisa sana.