Qué nos cuesta la periimplantitis: factores económicos y emocionales
Las revisiones bucodentales anuales se van convirtiendo poco a poco en cita obligada para las familias, sea cual sea la edad de sus miembros. Desde detección de caries hasta colocación de implantes, el dentista se convierte en nuestro aliado para controlar y mitigar todas las enfermedades de las encías, producidas por genética o por malos hábitos. Hablamos hoy de la periimplantitis, incluso como una enfermedad condicionante de una vida social plena.
La periimplantitis es una enfermedad en las encías de naturaleza inflamatoria y origen infeccioso que provoca la pérdida del hueso que sujeta el implante. Aunque la acción de las bacterias provoca el inicio de la lesión, el efecto final queda condicionado por varios factores entre los que la literatura científica destaca el historial periodontal del paciente, su nivel de higiene bucodental, la accesibilidad para poder limpiar su boca y el consumo de tabaco.
Su diagnóstico es clínico y radiográfico. Básicamente, para su detección se usan las mismas herramientas que para detectar la periodontitis: sondaje y radiografías en búsqueda de signos de inflamación y sus consecuencias. Pero, ¿cuál es el coste de la periimplantitis y no sólo desde el punto de vista económico?
Para tratar este asunto hablamos con los doctores Francisco Enrile de Rojas y Pedro Buitrago, colaboradores de SEPA. Ambos expertos señalan dos tipos de tratamientos para frenar la periimplantitis: uno, para eliminar las causas; otro, para corregir consecuencias.
«No es raro que el tratamiento etiológico de la periimplantitis necesite cirugía para detenerla. Sin embargo, la principal dificultad, a fecha de hoy, es tratar las secuelas sobre la encía y el hueso. Este tipo de tratamiento puede exigir técnicas regenerativas óseas e injertos de tejidos blandos en la propia encía. Son procedimientos complejos, técnicamente muy sensibles, difíciles de realizar, largos en el tiempo y con resultados dispares, según la evidencia científica», apuntan.
Esto conduce a que, a veces, el tratamiento más fácil para la periimplantitis sea eliminar el implante y volver a colocar uno nuevo, un procedimiento en el que se suele emplear materiales muy costosos y que se extienden en el tiempo, comprometiendo muchas veces la vida de los pacientes al implicar postoperatorios exigentes.
Pero los doctores afirman que «probablemente los principales costes sean de tipo psicológico y social. En la era de lospiercings», apostillan como curiosidad, «la boca es una de las pocas zonas del cuerpo donde nuestros patrones estéticos no admiten que se vea metal y se impone el blanco del diente como referencia estética».
De ahí que el paciente lleve muy mal que se vea el color gris del implante expuesto y que éste pueda llegar a modificar su sonrisa e incluso sus hábitos sociales. Y llegan los costes emocionales para el paciente: se llega a obsesionar con su problema y aparecen auténticos traumas. «La consecuencia de todo lo anterior es que los costes económicos y psicológicos del tratamiento de la periimplantitis supere al tratamiento inicial de implantes.»
¿Qué se puede hacer desde la clínica dental para evitar las periimplantitis y todo lo que conlleva?
Como en toda enfermedad, la prevención es la mejor forma de tratamiento. «Consideramos, muy importante que la clínica dental tenga programas de seguimiento de los pacientes portadores de implantes. Se trataría de un calendario de citas desde el que se realice de forma metódica una reevaluación clínica para contemplar, en caso de necesidad, un tratamiento de acuerdo a los hallazgos clínicos».
Como pauta a seguir, los doctores establecen que todo paciente portador de implantes dentales debe ser:
- Instruido en técnicas de higiene bucodental. La capacidad del paciente para mantener una buena higiene bucal es un prerrequisito para el éxito a largo plazo del tratamiento.
- Aconsejado sobre los factores de riesgo. Debemos tener en cuenta factores locales y sistémicos. El hábito tabáquico y las patologías sistémicas deben ser valoradas y será muy importante que tanto la colocación de los implantes como el diseño de la prótesis implantosoportada permitan al paciente realizar una higiene oral adecuada.
- E incluido en un programa de seguimiento para evaluar de manera regular la condición de sus tejidos periimplantarios, revisar su higiene oral, controlar sus niveles de placa, etc., incluyendo en este punto la detección precoz de las posibles recaídas.
Desde la clínica dental, los doctores Buitrago y Enrile insisten en revisar en todo momento las condiciones sistémicas del paciente, tales como las diabetes mal controladas, la salud cardiovascular o los hábitos tabáquicos y valorar también el estado periodontal del paciente (bolsas residuales, sangrado, etc.).