Rutina de higiene bucal en vacaciones
¡Llega una de las mejores épocas del año! Las temperaturas suben, el sol brilla cada día más y los pequeños de la casa están deseando hacer mil planes para disfrutar de sus más que merecidas vacaciones. Efectivamente, ¡ya es verano!
El resto de las estaciones están marcadas por rutinas pesadas, exámenes, deberes y muchas horas en casa para huir de las bajas temperaturas. Pero ahora llega el momento de disfrutar del tiempo libre, las amistades y miles de sonrisas. Sin embargo, muchas veces no solemos tener tanto tiempo libre como desearíamos para transmitirles la importancia de mantener una buena rutina diaria de higiene bucal para que sus bocas se mantengan sanas y libres de caries.
En verano, al no tener estipulados tantos horarios como durante todo el curso, los niños dejan de lado las rutinas y muchas veces se les olvida lavarse los dientes. Van a la playa, a la piscina, comen fuera de casa, se llevan un bocadillo para merendar a media tarde… Provocando que su salud bucal pase a un segundo plano.
Con el paso del tiempo, esto puede traer más de un disgusto, así que hay que ponerse firmes y fijar este hábito incluso en esta nueva “no rutina” veraniega. ¡Siempre hay algún baño a mano para cepillarse los dientes! Los niños no deben ver esta rutina como una obligación aburrida y es importante explicarles su importancia para evitar caries y otros problemas. Siempre deberíamos estar con ellos, animándolos a cepillarse los dientes y, si es necesario, haciéndolo a la vez que ellos. ¡Los niños aprenden mucho por imitación!
También es muy importante que, si en este periodo vacacional os desplazáis a un lugar lejos de vuestra vivienda habitual (la casa del pueblo, el chalecito en la playa, la casa rural cerca de la montaña o el hotel con grandes vistas a la piscina), no os olvidéis de incluir en el neceser un kit de viaje para cuidar sus dientes. A los niños les encanta estar de estreno y ese nuevo cepillo decorado con sus personajes preferidos, como Peppa Pig o Ladybug, puede convertirse en una motivación para visitar el baño y darse un buen cepillado después de cada comida.
Y lo más importante: una imagen vale más que mil palabras. ¿Te cuesta que asuma la importancia de un buen cepillado? Conviértelo en algo divertido. Predicar con el ejemplo es la mejor manera para que los niños crezcan asimilando la importancia de la higiene bucal.
Explicarles lo importante que es para su salud y lavándoos los dientes con ellos, será más fácil que lo hagan. Si les sigue costando, incorpora algo divertido a esta rutina: cuéntales algún cuento relacionado con la salud bucal, inventad juntos una canción o poned en marcha algún juego. ¡Estarán encantados de convertir una obligación en un entretenimiento!
Una vez superado el verano, el curso será pan comido para recuperar las rutinas de higiene de siempre. y recuerda que es recomendable hacer una visita al dentista para que compruebe que los excesos veraniegos no han jugado una mala pasada a nuestra boca y que nos haga una limpieza en profundidad para afrontar el resto del año.