¿Sabes que es la anodoncia?
La mayoría de los adultos tenemos entre 28 y 32 dientes. Sin embargo, algunas personas nunca llegan a desarrollarlos todos, por lo que tienen la ausencia de uno o varios dientes. Es lo que se conoce como anodoncia.
No hay que confundir esta condición con la pérdida de dientes debido a un traumatismo o problemas de salud bucodental. En el caso de la anodoncia, se trata de un trastorno congénito en el que los dientes nunca llegan a formarse.
Esta falta de dientes se puede clasificar en dos grandes tipos: la anodoncia total o la anodoncia parcial.
En el primer caso, se trata de una condición muy poco frecuente que se caracteriza por la ausencia total de los dientes, mientras que en el segundo pueden faltar numerosos dientes (oligodoncia) uno o pocos (hipodoncia).
Las causas de la anodoncia no han sido claramente establecidas, aunque se cree que podrían influir factores hereditarios, evolutivos, ambientales y genéticos, así como alteraciones en el desarrollo dental durante la gestación y como consecuencia de diferentes síndromes.
Esta ausencia de dientes puede darse tanto en la dentición temporal (cómo y cuando salen los dientes de leche) como en la permanente, pero se observa con más frecuencia en esta última.
En el caso de la anodoncia parcial, la más habitual, la falta de dientes suele ser bilateral y afecta principalmente a los terceros molares (muelas del juicio), los segundos premolares y/o a los incisivos laterales superiores.
¿Cómo se trata la anodoncia?
Las revisiones odontológicas periódicas, tanto en la infancia, la adolescencia como en la edad adulta, son fundamentales para poder detectar algún problema de anodoncia o ausencia de dientes de origen congénito.
Aun así, si se observa que el bebé todavía no ha desarrollado ningún diente a la edad de nueve meses o bien se detecta alguna alteración en los niños a la hora de realizar el recambio dentario, es fundamental acudir a un odontopediatra para poder contar con un diagnóstico precoz.
En caso de que se confirme la anodoncia, se realizarán las pruebas y los exámenes necesarios para poder ofrecer la solución más idónea para cada caso.
Generalmente, el tratamiento de la anodoncia, bien sea total o parcial, pasa por la implantología.
Esta técnica odontológica consiste en la implantación de pequeños tornillos de titanio u otros materiales biocompatibles en el hueso maxilar o mandíbula que cumplen con la función de las raíces naturales de los dientes ausentes. Sobre ellos, se colocan unas prótesis dentales confeccionadas en materiales cerámicos que imitan la estética y las propiedades del esmalte de los dientes.
Cabe recordar que los dientes intervienen en diversas funciones como el habla, la respiración o en el proceso digestivo. Por tanto, su ausencia puede originar diversos problemas en la salud bucal o en el resto del cuerpo. A su vez, la falta de dientes puede interferir directamente en la estética dental, afectando la autoestima y causando importantes complejos.