Sonrisas con Experiencia: La TV, 40 años ayudando a los padres a acostar a los niños y a recordarles el cepillado
Hace 40 años la educación era diferente a la de hoy en día. Antes los niños jugaban de forma independiente o entre ellos mismos y ahora los padres inciden mucho en la búsqueda de cualquier forma de entretenimiento para sus hijos, ya sean excursiones, actividades, clases extraescolares…
Tampoco lo era la higiene bucodental, aunque en los colegios ya se comenzaba a concienciar a los padres de la necesidad de inculcarla desde pequeños. Y además del colegio, los padres contaban con una inestimable ayuda externa en este punto: la televisión.
Esa pantalla que consigue mantener a los niños embelesados durante horas, que adoran y endiosan, lleva años poniéndose del lado de los padres y echándoles una mano a la hora de mandar a los pequeños a lavarse los dientes y acostarse.
Los primeros en acudir al rescate de los padres españoles en esa hora del día en que ellos desean tranquilidad y los niños aún no están dispuestos a dejar de dar guerra fueron los miembros de la Familia Telerín. Desde mediados de los años 60 los entrañables Cleo, Teté, Maripí, Pelusín, Coletitas y Cuquín aparecían todos los días cantando su “Vamos a la cama que hay que descansar, para que mañana podamos madrugar”, una melodía que desde entonces está profundamente arraigada en la memoria colectiva.
La familia Telerín apareció todos los días de manera ininterrumpida en las pantallas de TVE desde 1964 a 1971. En ese momento los padres aprovechaban además para recordar a los pequeños que no se puede uno ir a la cama sin haberse cepillado los dientes antes.
A principios de la década siguiente, en 1971, aparecían nuevos personajes para enviar a los niños a la cama: Los Televicentes, cinco niños y un loro que anunciaban que ya eran mayores, pero se encargaban de mandar a los pequeños a la cama a su hora.
Ya en los 80 tomaron el relevo Telín y Telén, dos hermanos acompañados por su tele animada (Telón) y su gato O’clock. Todos cantaban anunciando que se iban a dormir a Mamicama y que todos los niños deberían hacer lo mismo.
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Tras ellos llegó uno de los personajes más recordados por los niños de la época y el primero que hacía hincapié en el cepillado nocturno; el monstruito Casimiro, que anunciaba el momento de acostarse desde su castillo de rock. En su canción narraba la rutina de irse a la cama (desvestirse, ponerse el pijama…) y contaba cómo se lavaba los dientes “con mucha pastita y agua corriente”. Y con un cepillo que, por cierto, ¡le mordisqueaba los dedos!
Por aquellos años y aunque no era la canción diaria de irse a la cama, el célebre Barrio Sésamo también ayudaba a los padres recordando a los niños lo importante que es la salud bucodental y cómo se debe realizar el cepillado. “Cuando me voy a acostar y nada más levantar, siempre froto, lavo y froto, mis dientes sin descansar”, cantaban Espinete y sus amigos.
En los 80 la sociedad estaba mucho más concienciada de la necesidad de inculcar los hábitos de higiene bucodental en los niños, y las series infantiles eran motor de esa concienciación. Además de Espinete y sus amigos, la serie La vida es así también enseñaba a los más pequeños cómo funciona la boca y porqué es importante protegerla y cuidarla.
Tras unos años de parón, ya en el siglo XXI llegaron Los Lunnis para poner orden (de nuevo) en los horarios infantiles de la TV y, de paso, de los horarios de sueño y al cepillado nocturno de todos los niños españoles. Esta simpática pandilla cantaba una pegadiza canción que avisaba a los niños de que había llegado el momento de acostarse.
Éste era el momento también de dar un beso a papá y a mamá, lavarse bien los dientes, ponerse el pijama y, con un poco de suerte, escuchar un cuento, ya en la cama, bien arropados y dispuestos a descansar después de un duro día de colegio y juegos.