Utilización del chupete y de mordedores
Recomendaciones sobre la utilización del chupete y de los mordedores en los bebés. ¿Qué debemos tener en cuenta para elegir entre las múltiples opciones que nos brinda el mercado?
¿Por qué los bebés tienen ese deseo tan intenso de meterse en la boca todo lo que logran alcanzar? ¿La utilización de chupetes y mordedores podría ayudar a calmar este deseo?
Ante la actual controversia con respecto al uso del chupete, ¿qué debemos saber para poder decidir cuál es la opción más correcta para cada bebé?
El bebé necesita succionar y masticar objetos. La concentración de terminaciones nerviosas de su boca es mayor que en cualquier otra parte de su cuerpo. Por ello, llevarse a la boca todo lo que está a su alcance es la mejor manera de conocer el mundo, hasta después de su segundo año de vida. Además, el deseo de chupar se relaciona con la supervivencia, ya que le permite alimentarse, y le aporta sensación de seguridad, a la vez que le relaja y le tranquiliza.
El efecto relajante del chupeteo es tal que permanece mucho más allá de los primeros meses de vida, cuando el reflejo de succión ya no es necesario en su función nutricional.
Durante la etapa de la dentición, este interés se intensifica, dado que la mayoría de los bebés sufren molestias en las encías y necesitan morder y rozar para facilitar la erupción de dientes.
Por ello, los chupetes y los mordedores son importantes para el bebé.
Chupetes
La utilización o no del chupete sigue siendo motivo de controversia por lo que es importante que, tanto padres como profesionales de la salud, conozcan los riesgos y beneficios que conlleva el uso del chupete.
Beneficios del uso del chupete
Según numerosas investigaciones, el chupete disminuye el riesgo de muerte súbita del lactante cuando es utilizado durante el sueño. Aunque las causas que determinan este efecto protector no están del todo claras, parece ser que el chupete:
- Disminuye el umbral para despertar: al succionar el chupete, permanecen más activos y el sueño es menos profundo.
- Disminuye de los episodios de reflujo gastroesofágico y las apneas subsecuentes.
- Proporciona una discreta retención de dióxido de carbono, lo que estimula el centro respiratorio
- Supone una barrera para evitar pasar una posición prona al dormir.
Por otro lado, es de sobra conocido el efecto calmante, sobre todo en los primeros meses de vida. El chupete transmite satisfacción al bebé y es una fuente de bienestar y confort para él.
Respetando las medidas higiénicas adecuadas, el hábito de succión del chupete ocasiona menos problemas de malformación y de infección, que si se tratase de succión digital. Además, se trata de un hábito más fácil de corregir.
También se ha descrito un efecto protector del chupete frente al sobrepeso y obesidad infantil ya que en los bebés que no usan chupete, se tiende a satisfacer su necesidad de succión aumentando la toma de biberones, y por tanto, la ingesta calórica, haciéndose propensos al sobrepeso y obesidad en la infancia y adolescencia.
Complicaciones asociadas al uso del chupete
Los principales problemas a nivel bucal que provoca el chupete son la mordida abierta anterior y mordida cruzada posterior.
Los niños succionadores, además, pueden sufrir alteraciones de la flora bacteriana y una hipertrofia del sistema linfático lo que les hace más propensos a la respiración bucal.
La succión constante del chupete provoca una mayor apertura de los tubos auditivos, lo que permite la filtración de segregaciones de la garganta al oído medio, así como la transmisión de bacterias, dando lugar a frecuentes otitis medias.
Algunos estudios han demostrado que el uso del chupete aumenta la colonización oral por Lactobacillus y Candida, lo cual puede influir sobre la producción de caries. Esto ocurre especialmente en los casos en los que el chupete es impregnado de sustancias azucaradas, como el propio azúcar, miel, etc, ya que constituyen una reserva de nutrientes para la proliferación de microorganismos.
Recomendaciones sobre el uso del chupete
El Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría ha establecido las siguientes recomendaciones:
- En los recién nacidos amamantados se debe evitar el chupete durante los primeros días de vida. No se desaconseja cuando la lactancia materna está bien establecida, habitualmente a partir del mes de vida.
- En las unidades neonatales, si no existe la posibilidad de poner al niño al pecho durante la práctica de un procedimiento doloroso, se le debe ofrecer como método de analgesia no farmacológica la succión de un chupete.
- En los niños lactados artificialmente, la recomendación del uso del chupete durante el sueño es especialmente importante para reducir el riesgo de muerte súbita.
- Para evitar otros efectos adversos del uso del chupete se recomienda, en todos los niños, limitar su uso hasta los 12 meses de edad, lo cual incluye las edades de máximo riesgo de muerte súbita y aquellas en las que el lactante tiene más necesidad de succionar.
Mordedores
Los mordedores son objetos de goma o plástico blando diseñados para que el niño lo pueda morder con sus encías para satisfacer su curiosidad exploratoria y/o aliviar el dolor que le causan la aparición de los primeros dientes.
El tipo más común mordedor tiene una forma parecida a un chupete, con una anilla en el extremo que queda fuera de la boca, para que el bebé pueda sujetarlos con una o ambas manos y una parte de goma en el extremo opuesto, que es la que muerde. Esta parte puede tener diversas formas y tamaños y suelen presentar estrías o puntitos que estimulan las encías.
Algunos mordedores contienen un líquido o gel especial que permite meterlos en el congelador o en la nevera para que estén más fríos. La aplicación de algo frío mitiga el dolor pero hay que tener en cuenta que la aplicación de algún artículo congelado puede quemar las encías por lo que es recomendable que el niño no lo utilice si está congelado.
Los mordedores evolutivos son ergonómicos y van variando en tamaño y dureza para adaptarse a todas las fases del crecimiento hasta la erupción completa de los dientes temporales.
Los mordedores didácticos incorporan sonidos, música, sonajeros, o presentan formas que distraen al bebé y que le llaman la atención Con este tipo de mordedor el bebé se divierte a la vez que alivia el dolor en sus encías lo cuál puede ayudar a que prefiera usarlo antes que su mano o cualquier otro objeto.
El mordedor en forma de collar no tienen asa de sujeción ya que va atado alrededor del cuello de la madre, evitando así que caiga tantas veces al suelo. Está diseñado para que el bebé lo utilice exclusivamente cuando está cogido en brazos puesto que podría asfixiarse o hacerse daño ya que no está pensado para estar en manos del niño.
Por último, aunque presenta características y objetivos distintos a los hasta ahora reseñados, están las “mallas para fruta”, que tienen una asa como un chupete por un lado y una redecilla de plástico en el otro. Estos mordedores se utilizan para que el bebé comience a masticar trocitos de fruta, evitando riesgos de asfixia, pero es importante utilizarlos con prudencia, respetando las medidas higiénicas. Hay que limitar su utilización en bebés que ya tienen algún diente ya que puede prolongar innecesariamente la presencia de los alimentos en boca, lo cual podría llevar a la desmineralización del esmalte.
Conclusión
Una correcta utilización del chupete, mantenida durante el tiempo adecuado, puede ser considerada casi ventajosa en muchas ocasiones, por lo que su uso no está contraindicado.