¿Duelen los dientes cuando salen?
“Está rarita, yo creo que serán los dientes”.
“Esta noche no ha dormido nada, tiene que ser que le están saliendo las muelas”.
“Se lleva la mano a la boca, eso es que le duele, le estará saliendo algún diente, pobrecito”.
Os suena, ¿no? ¿Qué padre no ha oído nunca estas frases o alguna otra por el estilo? Y es que en cuanto en algún momento en los primeros dos años de vida de nuestro bebé se comporta como no esperamos que hagan, ya le duele algo, ese algo o son gases o son los dientes.
En el imaginario popular no puede suceder que unas noches sean malas para un bebé porque está cansado de más, porque esté en una etapa en que todo lo absorbe y necesita interiorizarlo, porque demanda más a su mamá (o papá), porque algo le da miedo… No, todo lo que a un adulto le quitaría el sueño para ellos no existe, si hay algún diente asomando el problema es ese…
Y yo no digo que no duelan, que no lo sé porque evidentemente no lo recuerdo, pero en mi experiencia con mis dos niñas puedo decir que tal vez a ellas en algún momento les molestara, aunque más bien creo que se tocaban porque notaban algo nuevo como cuando te sale un grano y no puedes parar de hurgar, pero doler lo que es doler, rotundamente no.
Si vas a la farmacia puedes encontrar mil historias (pomadas, mordedores…) para aliviar estos dolores, pero ¿realmente estos dolores existen o es que los padres tenemos que dar una explicación “física” a todo lo que no podemos entender?
En mis primeros meses de maternidad busqué información sobre muchas cosas, una de ellas, por supuesto, la salida de los primeros dientes, y me encontré con que la mayoría de los pediatras que escriben artículos y libros (los que no escriben no puedo saber lo que piensan) dicen que la salida de los dientes no duele. Recuerdo perfectamente haber leído la argumentación de que aunque un niño de año y medio no puede explicarnos si le duele o no, sí puede hacerlo uno de ocho cuando le sale la dentadura definitiva, y cuando a estos niños ya más mayores les pasa algo no se achaca todo a este motivo.
Habrá quien diga que la dentadura definitiva no duele porque ya ha dejado hueco la de leche y bla bla bla, pero la dentadura de leche consta de 20 piezas y la definitiva de 32, así que hay 12 piezas que tienen que “romper” la encía igualmente, y si eso fuera tan doloroso como las abuelas se empeñan en decir todos nos acordaríamos, ¿no?
También leí a un pediatra decir que entre los seis meses en que empiezan a salir y los dos años en que terminan (siempre más o menos) hay año y medio en que cualquier virus o cualquier enfermedad leve va a compartir espacio y tiempo con la salida de alguna pieza, y que es muy fácil que un malestar del pequeño o unas décimas de fiebre se puedan achacar a una cosa y no a la otra.
Aún así, y aunque yo soy más de pensar en que esos momentos y arrebatos se deben a su desarrollo cognitivo y emocional, cada persona es un mundo y cada experiencia, única. ¿Nos cuentas la de tus peques?