¿En qué consiste un blanqueamiento dental?
¿Sabías que reír y sonreír te rejuvenece? Reír, entre otros muchos beneficios, libera endorfinas en el cerebro y nos hace sentir bien. Por eso es importante que, al mirarte al espejo cada mañana, sonrías a tu reflejo. Y para ello, qué mejor que recibir una buena imagen, con unos dientes sanos, cuidados y ¡blancos!
Seguro que alguna vez has deseado que tus dientes estuvieran más blancos y luminosos. Pero ojo, lo primero que debes saber es que un diente sano no es de color blanco nuclear, sino de color blanco marfil.
Además, no todas las personas tienen el mismo tono de dientes de manera natural. Desde que las piezas comienzan a desarrollarse en nuestra boca, pueden ser más blancos o más amarillos. El tono natural varía en cada persona en función de los hábitos que adquirimos a lo largo de los años, y de estos dos componentes:
- El esmalte: esta capa es translúcida (no tiene color) y a través de ella se ve la dentina amarillenta. El esmalte está formado por materia orgánico, cristales inorgánicos y agua. Si predomina el cristal, el diente será más translúcido, mientras que si hay más materia orgánica será más opaco y por tanto parecerá más blanco. Cuanto más grueso sea el esmalte, más luminosa será tu sonrisa.
- La dentina: su tono y grosor también cambia de persona a persona. Cuanto más gruesa y anaranjada sea, más oscuro se verá el diente.
¿Por qué mis dientes cambian de color?
Factores como los hábitos alimenticios o de higiene, pero también el consumo de vino, café o tabaco, determinados medicamentos, algunas bacterias, traumatismos, etc. pueden afectar negativamente al color de nuestros dientes. También el exceso de flúor (fluorosis) puede provocar estrías blanquecinas y manchas.
Pero en la mayoría de los casos, estas manchas no son permanentes, y pueden revertirse. Si te apetece blanquear tu dentadura para algún evento especial o, simplemente, porque quieres ver tus dientes más claros y brillantes, hay una serie de acciones que puedes llevar a cabo para recuperar (en la medida de los posible) el color natural de tu esmalte.
¿Cómo puedo conseguir unos dientes más blancos?
Si quieres conseguir una sonrisa resplandeciente, el primer paso es una buena higiene dental. Cepillarse los dientes con regularidad evita la formación de placa bacteriana y el depósito de restos de alimentos, lo que ayuda a que tu sonrisa recupere su tono natural.
También es importante utilizar como mínimo dos veces al día, un interdental y completar la rutina de higiene bucal, utilizando un enjuague al menos, una vez al día durante 30 segundos.
¿Aún no es suficiente? ¡Siempre puedes recurrir a realizarte un blanqueamiento dental!
El blanqueamiento dental es un tratamiento odontológico cada vez más demandado, que consiste en aplicar una serie de químicos que reaccionan entre sí y liberan sustancias que hacen que los dientes se vean más blancos. Se podría decir que se disuelven todas aquellas partículas que alteran el color original del esmalte, el cual se puede encontrar teñido por diversos colorantes como el tabaco, el té o el café, entre otros muchos.
Debes tener en cuenta que las obturaciones, coronas y puentes (más conocidas como fundas) no se blanquean, puesto que los químicos únicamente hacen efecto sobre el diente natural. Además, debes saber que los dientes oscurecidos de un solo color (con tendencia amarilla o café) son más fáciles de blanquear que los dientes grisáceos a bandas.
Existen varios tipos de blanqueamientos. En primer lugar, podemos distinguir entre domiciliarios (se hacen en casa) o clínicos (se realizan en la consulta dental), ambos bajo supervisión facultativa y seguimiento clínico. Pregunta a tu dentista y te aconsejará el mejor para ti.
TIPOS DE BLANQUEAMIENTO:
BLANQUEAMIENTO DOMICILIARIO O CONVENCIONAL
En el blanqueamiento domiciliario o convencional, se toman unos moldes de los dientes y se realizan unas férulas de plástico a modo de fundas, donde se depositan los agentes blanqueadores. Estos agentes se dejan actuar durante unas 6 horas como mínimo (se recomienda hacerlo por las noches, mientras dormimos, para más comodidad), a lo largo de unos 10-15 días. La duración del tratamiento variará en cada persona, puesto que no todas las bocas son iguales, por lo que deberás continuar visitando a tu higienista dental cada 2 días para controlar la evolución del blanqueamiento.
BLANQUEAMIENTO CLÍNICO
Los blanqueamientos clínicos juegan con la ventaja del tiempo, es decir que, en dos visitas a tu higienista dental, estaría completado el tratamiento, puesto que se realizan en el acto y puedes ver resultados casi inmediatos. Entras a la clínica con una sonrisa y te vas con otra, mucho mayor, ¡y mucho más blanca y brillante!
En cuanto a blanqueamientos clínicos se refiere, destacamos:
- El blanqueamiento láser, en el cual el higienista dental pondrá una protección para las encías y los tejidos blandos de la boca, aplicará los químicos blanqueadores en los dientes, y pondrá el láser (el cual irradia calor a unos 60ºC) durante unos 20 minutos.
- El blanqueamiento con luz plasma, en el cual el higienista dental vuelve a proteger los tejidos blandos, aplica los agentes blanqueadores, y pasa el haz de luz por los dientes (también a unos 60ºC) durante 20 minutos.
- El blanqueamiento con luz ultravioleta de alta intensidad o luz fría, en el que se requiere, además de un aislamiento de las encías y la aplicación de los químicos blanqueantes, el uso de lentes que filtren los rayos UV para proteger los ojos. La ventaja de este tipo de blanqueamiento es que la emisión de calor es casi imperceptible.
¿Funciona el blanqueamiento dental?
En general sí, pero no se puede asegurar al 100% ni garantizar un tono de color concreto de los dientes. Dependiendo de la anatomía dentaria de cada persona, el tipo de blanqueamiento aplicado, o el tipo de seguimiento clínico efectuado por el profesional, el blanqueamiento será más o menos efectivo.
Lo que sí se puede garantizar es obtener, como mínimo, dos tonos más claros del color original, según la escala de colores por la que se guíe el higienista.
Algo que debes tener siempre presente es que el blanqueamiento no deja de ser un tratamiento dental, por lo que podría presentar efectos secundarios: sensibilidad dental, manchas blancas en las encías y/o manchas blancas en los dientes.
La sensibilidad dental suele desaparecer a los 2 días aproximadamente, las manchas en las encías (a consecuencia de los químicos) desaparecen en unas 2 horas si se realizan enjuagues con agua fría y las manchas blancas en los dientes son un efecto óptico de los túbulos dentinarios abiertos y desaparecerán en unos 7-10 días, cuando el color final adquirido se estabilice.
Un blanqueamiento bien realizado y mantenido, con una buena higiene bucal y una correcta dieta acompañada de un estilo de vida saludable, tiene una vida media de unos 5 años. Aun así, si abusas del tabaco, el café y demás colorantes, su vida media se reduce a unos 2 años.
En caso de que quieras volver a repetir el blanqueamiento, lo aconsejable es que lo realices cada 3-4 años, ya que los efectos secundarios podrían agravarse si lo realizas muy frecuentemente.
Es muy importante que recuerdes que un tono demasiado claro puede parecer artificial, ya que el diente tiene, de manera natural, un color más cercano al marfil. Déjate aconsejar por tu profesional y trata de elegir un tono que no sea mucho más claro que el tuyo. Si eliges uno demasiado blanco, podría resultar contraproducente y podrías sentirte incómodo/a con el resultado.
Mientras te decides o no por aplicarte un blanqueamiento dental, te dejamos una serie de consejos que puedes seguir desde ya para prevenir y conservar el color natural de tus dientes.
Recomendaciones para conservar el color blanco de los dientes
- No descuides nunca la higiene bucal. No debes olvidarte de cepillar tus dientes después de cada comida en profundidad. Dedica el tiempo necesario para alcanzar cada rincón de la boca y utiliza un cepillo interdental o hilo dental para llegar a los espacios más difíciles. Incorporar un enjuague bucal a tu rutina te aportará mejores resultados porque su consistencia líquida alcanza todos los rincones de la boca.
- Utiliza pastas dentífricas y enjuagues bucales que estén formulados para eliminar las manchas y evitar su reaparición. Con un uso regular de estos productos, el tono de los dientes se irá aclarando y su aspecto parecerá más limpio y brillante.
- Evita el consumo de tabaco. Si eres fumador, ya tienes una razón más para dejar este insano hábito.
- Evita los alimentos que tiñen los dientes. Un consumo elevado de café, té o vino, o de algunos alimentos como el curry o la remolacha, puede oscurecer las piezas dentales, por lo que es recomendable evitarlos o reducir su cantidad en la medida de lo posible.
- Acude periódicamente al odontólogo. Al menos una vez al año, es recomendable acudir al dentista para que revise el estado de tu boca y te realice una limpieza bucal profesional. Esta práctica mantendrá tu boca sana y también te ayudará a terminar con las pequeñas manchas que aparecen en los dientes a consecuencia del tabaquismo o del consumo de determinadas bebidas.
Si cumples con todos estos consejos, sin duda conseguirás unos dientes más blancos y brillantes. Pero no olvides que la salud bucal es lo más importante. El tono de las piezas dentales es solo la parte estética por lo que, mientras cuides correctamente tu boca, este asunto no debe preocuparte en exceso.
¡Todos a sonreír!