Según un informe de 2010, solo el 48% de los adultos españoles acude regularmente a la consulta del odontólogo*. En el caso de los niños el dato es todavía peor, ya que sólo un 15% visita al dentista con la frecuencia adecuada.

Muchas veces se espera a sentir dolor antes de ir al dentista, pero esto puede tener consecuencias muy negativas para la salud bucal. Al no tratar los problemas a tiempo, estos empeoran y hacen necesario aplicar tratamientos reconstructivos, que en ocasiones resultan muy costosos económicamente. Los problemas bucales mal tratados, como la caries o la gingivitis, no solo causan dolores y molestias sino que afectan negativamente a la salud general. Por ejemplo, la enfermedad periodontal está vinculada a patologías cardiacas y respiratorias.

Para conservar tu boca en las mejores condiciones, se recomienda acudir al dentista al menos una o dos veces al año. Si durante la revisión no se encuentran problemas, es una buena ocasión para realizar una limpieza dental profesional.De esta manera eliminaremos los restos de placa dental endurecida, también llamados “sarro”. El sarro suele estar presente incluso aunque se tenga una buena higiene bucal, ya que cuando la placa se endurece no es fácil de retirar solo con el cepillado, los enjuagues o el hilo dental. En el caso de los niños,las visitas regulares nos permiten asegurarnos de que su boca se está desarrollando correctamente y detectar la necesidad de tratamientos como la ortodoncia.

Por supuesto, además de acudir a las revisiones, debemos avisar rápidamente al dentista si notamos que un diente se mueve, nos sangran las encías, tenemos sensibilidad ante el frío o el calor o vemos un cambio de color en una pieza dental.

Y tú, ¿has ido ya al dentista este año?