Calcio, el aliado de tus dientes
Nos lo han dicho desde pequeños: “Bebe mucha leche para que tus huesos crezcan fuertes”. Y no es ninguna tontería, ya que el calcio es un mineral fundamental para el correcto desarrollo tanto de nuestro esqueleto como de nuestros dientes. La mejor manera de obtenerlo es siguiendo una dieta rica en lácteos, cereales, verduras y algunos pescados. Es muy importante que, de vez en cuando, te hagas análisis de sangre para comprobar que tienes los niveles adecuados. De no ser así, tu médico te podrá recomendar una dieta rica en calcio o alguna suplementación para solucionarlo.
El calcio es un mineral esencial para un buen funcionamiento del organismo. Entre otras funciones, esta sustancia interviene en la regulación de la frecuencia cardíaca, la contracción de los músculos, la coagulación de la sangre, la transmisión de estímulos nerviosos… y, por supuesto, la formación y mantenimiento de los huesos y los dientes.
Calcio + Flúor, reacción ganadora en nuestros dientes
En los dientes, la reacción entre el calcio y el flúor (que crea el fluoruro cálcico) aumenta considerablemente la resistencia del esmalte ante las agresiones externas.
El calcio se encuentra fundamentalmente en forma de hidroxiapatita (cristales de fósforo y calcio o de fosfato cálcico). Como dato curioso, es importante saber que en personas adultas, es muy importante tener una ingesta adecuada de calcio para que éste, en saliva, contribuya a la remineralización de los dientes tras los periodos de desmineralización.
¿Cómo sé si me falta calcio?
Algunos de los síntomas más comunes son:
- Uñas quebradizas o débiles
- Falta de ánimo
- Aparición de una opacidad rugosa de color blanco
- Dientes con áreas pigmentadas de color amarillo
- Síntomas de osteoporosis (dolor de espalda, mayor facilidad de rotura de los huesos, etc)
Estos solo son algunos de los efectos secundarios que puede provocar la falta de calcio.
Recuerda: para obtener el calcio que necesitan nuestros dientes, es importante seguir una dieta sana y equilibrada. Una de las mejores fuentes de calcio en la dieta son los lácteos y sus derivados (yogurt, queso…) pero también es posible obtener el aporte que necesitamos a través de otros alimentos como los cereales, las verduras de color verde oscuro, las nueces y algunos pescados como sardinas o boquerones.
Es importante saber que para que el calcio se absorba es necesaria la presencia de vitamina D, que se obtiene gracias al efecto de los rayos solares sobre la piel, una buena dieta e incluso suplementos. Así que además de seguir una dieta rica en calcio, ¡aprovecha cada rayo de sol! Sal a pasear, ve a la playa… Lo ideal es que al menos estemos expuestos al sol diez minutos al día para obtener nuestra dosis de Vitamina D. Eso sí, ¡no olvides usar protección solar en todas las épocas del año!