Las llagas o aftas bucales
Las aftas son la afectación de la mucosa oral más frecuente. No se conoce exactamente el origen de las aftas bucales, pero se cree que influyen muchas causas: factores genéticos, carencias en la alimentación, infecciones por bacterias, virus u hongos, alergias alimentarias, ciertos medicamentos, traumas debidos a prótesis o mordiscos, enfermedades inmunológicas e incluso el estrés. Las aftas bucales no son contagiosas, así que si las padeces no es necesario que evites besar a otras personas. Aparecen con más frecuencia en mujeres que en hombres, y son más comunes entre las personas jóvenes.
Normalmente las aftas son lesiones pequeñas, aisladas y no demasiado profundas. Los sitios más habituales donde se presentan son la mucosa de los labios, el suelo de la boca y la punta y los bordes laterales de la lengua, aunque también pueden aparecer en otras zonas.
Por lo general las aftas desaparecen por sí solas sin dejar secuelas en el plazo de 10 a 14 días. Para facilitar el proceso y aliviar el dolor, puedes recurrir a enjuagues bucales y productos tópicos especialmente diseñados para ello: ¡consulta a tu farmacéutico! Para favorecer la curación se recomienda evitar los alimentos muy calientes o con muchas especias, los zumos de fruta ácidos y las bebidas con gas. Para prevenir su aparición, también puede ayudarnos evitar el estrés.
Si las aftas tardan mucho en curarse, son recurrentes o aparecen junto a otros síntomas, debes consultar al médico para poder averiguar la causa y seguir un tratamiento adecuado.